El pasado sábado, día 11 de noviembre de 2017, treinta y cuatro hermanas, representando a 30 comunidades de España, nos reunimos en la Casa Provincial con el objetivo de compartir y reflexionar sobre nuestra responsabilidad en la Pastoral Vocacional.

La hermana Sabina Sánchez, Superiora Provincial, nos dio la bienvenida, invitándonos a pensar en la Pastoral Vocacional como un Ministerio específico, tal y como nos dice el Papa Francisco.

A continuación, sor Concha nos invitó a compartir la oración con la antífona “En Dios pongo mi esperanza y confío en su palabra” y el Texto evangélico: Lc. 10, 1-9, donde Jesús nos invita a ir de dos en dos y a vivir la hospitalidad, el compartir, la comunión de mesa y la acogida a los excluidos; junto con la lectura y reflexión de un apartado de la carta del Papa Francisco “ANUNCIAD”: Unidos para Anunciar, donde se nos recordó la importancia de la fraternidad para ser verdaderos testigos del Evangelio.

Sor Laura nos invitó a recordar el II Acuerdo Capitular sobre la Pastoral Vocacional, comenzando con un acróstico, que pronto fuimos capaces de formar: vocaciones. A través de un power point nos ayudó a interiorizar y clarificar ideas este acuerdo.

Seguimos con la celebración de la Eucaristía. Breve y sustancioso sermón, con esta cuestión: “¿A quién servís?”. Impresionante alabanza a través de los cantos.

Por la tarde, sor María Jesús nos “regaló” el Plan de Pastoral Vocacional de la Provincia para este trienio. Integral, personalizada, encarnada, procesual, comunitaria, Jesús, amor, vida… pilares y ladrillos que construyeron el puente que ha de ser nuestra Pastoral Vocacional para posibilitar el encuentro con Jesús, de las personas que están cerca de nosotras.

Reflexión y compartir sobre la tarea de la Delegada Local en la Comunidad y su relación con los distintos agentes de la misión.

            A continuación, sor Isabel nos ayudó a plantar de flores nuestro jardín, al compartir las acciones que cada comunidad ha programado para este curso.

Y para finalizar, compartimos la oración y acción de gracias, a través de la canción “La belleza de hacer el bien”, del musical Amor de Dios.

Gracias, hermanas, por vuestra alegre respuesta, por el ambiente fraterno y cómplice que vivimos.