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María contestó: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel se retiró. - María no pide pruebas, pregunta el modo como esto puede realizarse. Es el Israel fiel que espera vida sólo de Dios, aunque no sabe cómo. Había sido preparada misteriosamente por el Espíritu para esta hora, para decir este “sí”. María es toda una historia afirmativa. Es el “sí” confiado y entregado de la hija: Sí, Padre, sí a tu Palabra, sí a Jesús, sí a tus exigencias, sí a tu amor, sí a servir, desde ahora siempre dijo “sí”. Su vocación se condensa en un “sí”. Es la sierva del Señor, representando al Israel fiel. “Nuestra Congregación encuentra en María el modelo de humildad y sencillez, trabajo y alegría, virtudes que integran nuestra espiritualidad”.