La ilusión se renueva porque lo que se mantiene es la mirada de Jesús por cada uno de nosotros. Decir sí al son de Jesús y lo demás por añadidura como don incondicional y permanente.
La ilusión se renueva porque lo que se mantiene es la mirada de Jesús por cada uno de nosotros. Decir sí al son de Jesús y lo demás por añadidura como don incondicional y permanente.