Mi experiencia en Cáritas
Empezaré diciendo que mi experiencia en Cáritas es muy positiva. Al llegar a Arévalo y ver que disponía de tiempo, me interesé por las actividades en la parroquia; los miércoles se atiende en Cáritas a las personas necesitadas y así comencé a ir.
Ahí recogemos las ropas que nos traen y las clasificamos antes de ponerlas para repartir. En estos días lo más demandado son mantas y prendas de abrigo.
Los alimentos son proporcionados por el Banco de Alimentos de Ávila.
Cuando dije de incorporarme a este voluntariado, fui muy bien recibida por el grupo y me siento una más en él.
Actualmente están llegando muchos emigrantes, mayormente hispano-americanos, estos vienen sin nada, necesitando de todo.
Se les escucha, atiende y reciben de lo que necesitan, siempre que se tenga; a algunos se les ayuda también en el pago de la luz, habitación, hasta que van encontrando algún trabajito y arreglando papeles.
Mi experiencia como digo, es muy positiva, recibo más de lo que puedo dar. Aunque ver tanta necesidad es duro y se sufre, más si hay niños por medio, quedo satisfecha al poder atenderles y darles también mi tiempo.
Tengo muy presente, lo que dice el Papa Francisco: “Quien recibe a un emigrante, recibe a Cristo”. En Éxodo encontramos varias citas que nos invitan a acoger al extranjero. En 23, 9 dice que se les trate bien, porque también fuimos emigrantes en Egipto.
Doy gracias al Señor por tener esta oportunidad en mi jubilación.
Hna. Julita García