Algo más que colaboracicón

 

La Parroquia San José Obrero de Zamora, colindando al colegio de Ntra. Sra. del Rocío, acoge en sus locales parroquiales al Centro Cultural Católico con el mismo titular de la parroquia y que lleva funcionando desde la década de los 60, cuando estaba en auge “la Acción Católica” donde tiene su origen. Es una asociación de carácter cultural, católico y de ámbito nacional.

Asisten semanalmente durante horas dos días a la semana una treintena de mujeres, realizando actividades muy variadas: culturales, religiosas, lúdicas, manualidades y conferencias de personas especializadas, sicóloga etc.…

En estos últimos años se ha trabajado la celebración de los centenarios más destacados “La vuelta al mundo” Magallanes El Cano y también asistimos a la exposición que expuso el Ayuntamiento sobre sus viajes. Hnos. Álvarez Quintero. Los pintores Sorolla y Picasso; este curso Juan Varela y leímos una obra suya “Pepita Jiménez”.

A nivel religioso el curso pasado trabajamos a Santa Tersa de Jesús en el centenario de su reconocimiento como Doctora de la Iglesia y por ello visitamos a las carmelitas de Toro. Una tarde memorable de diálogo con ellas sobre la Santa y sus vidas como contemplativas y, como no podría ser de otra manera, de oración.

Otra materia tratada fue “Las grandes mujeres de la Biblia” y en este curso como anticipo de la Cuaresma, Otilia Oviedo se trasladó desde Salamanca para darnos una charla sobre “Tres parábolas de la Misericordia” y con su lenguaje sencillo y profundo nos llenó de gozo y confianza en el Amor Misericordioso de Dios Padre.

No puede faltar el arte y la literatura. Se ha trabajado el Neoclasicismo, siglos XIX y XX, el Modernismo. Se hacen también técnicas de memoria, de lógica matemática, manualidades. Una de las realizadas este curso ha sido la historia de los Abanicos. Se hicieron abanicos de todo tipo: pintados, a ganchillo, a frivolité etc. parte de ellos fueron vendidos en la fiesta solidaria de “Aquí nos necesitan”.

La animadora del grupo está pendiente de las posibilidades culturales de la ciudad bien sean museos, exposiciones, películas… Como actividades lúdicas se celebran fiestas como cumpleaños, fiestas locales, acontecimientos familiares; no faltando el compartir las artes culinarias de cada una.

Pero lo más importante no son las actividades que se realizan, sino las relaciones de cercanía y amistad que se crean entre las participantes.

Se viven los acontecimientos personales y de la familia, gozosos como nacimientos y bodas de nietos, sus graduaciones en los estudiantes, aniversario de sus matrimonios “bodas de oro” etc. Así como los acontecimientos difíciles: enfermedad, pérdida de seres queridos… Siembre solidarias unas con otras, y compartiendo hermandad y apoyo.

Se celebran los cumpleaños haciendo fiesta, en la que nos divertimos mucho y nos llenan de alegría e ilusión y es un momento de compartir las dotes culinarias de cada una.

En este grupo estamos integradas dos hermanas de la comunidad de Ntra. Sra. del Rocío de ZAMORA, sor María Luisa Antolín y sor Caridad Díaz de Cerio, apoyando en las actividades que se nos pide y siendo una más en las otras ocasiones en las que personas especializadas dan los temas. Este curso D. Luis Santamaría del Río nos puso al corriente en el tema de “las sectas”

La experiencia de participar en este grupo es muy gratificante. Nos favorecen y enriquecen las relaciones que se crean, se aprende mucho de ellas y consideramos esta oportunidad como un auténtico regalo, convencidas de que es en lo pequeño como se manifiesta el actuar de Dios; pues así nos habla la parábola de “la semilla” que una vez sembrada en la tierra, sin que se sepa cómo, va creciendo y da fruto… Marcos 4, 26.

Y también así nos lo expresa el poema “Este Evangelio, en verso, suena así”

 

Es una bella parábola

que a los creyentes invita

a una gran “serenidad”,

y confianza infinita.

La “responsabilidad”

es condición exigida

para recibir el Reino

de Dios, que nos da la vida.

Pero el Reino es “una gracia

de Dios, del todo gratuita.

Siempre hay Alguien invisible,

que nos protege y nos cuida.

Los creyentes descansamos

en esas “manos divinas”,

dispuestas para la ayuda

el consuelo y la caricia.

El Reino siempre es regalo,

un don de categoría,

que el Padre Dios nos da gratis,

porque amar es su manía.

La parábola destaca

la gran fuerza y la energía

de la semilla que, SOLA,

crece, grana y fructifica.

El Reino es “poder de Dios”,

la más rica alternativa.

Sólo espera que nosotros

le demos la bienvenida.

 

                                                                                             ( José Javier Pérez Benedí)