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MI EXPERIENCIA DE VOLUNTARIADO. “CASA DE JOSÉ Y MARÍA”

Al finalizar mi tiempo de trabajo en la escuela y llegar la jubilación me encontré con la posibilidad de realizar algún tipo de voluntariado que hasta este momento no había podido hacer.

Lo primero que quiero decir es mi agradecimiento por lo que me aporta estar vinculada a un grupo de personas que se comprometen con los demás para que a todos los necesitados de nuestro arciprestazgo les llegue un plato de comida caliente cada día. Es un gozo madrugar un día a la semana (tiempo que yo dedico) y trabajar como ayudante de cocina preparando el menú que luego se lo lleve cada uno para comer personalmente o en familia.

El buen ambiente de los trabajadores para que todo salgan bien cocinado, sazonado y en su punto. La alegría de saber que formamos parte de una extensa acción social caritativa de la iglesia que se propone: “nadie sin un plato de comida”. ¡Qué bonito es que cada uno intente mejorar y superar las dificultades de alimentos o de horario para que todo esté a su hora! La providencia siempre nos auxilia de formas inesperadas y todo se multiplica. Hay experiencias muy ricas en este sentido. Nuestro director lo vivía muy confiado y hacía que los demás también confiáramos. ¡Que no hay patatas! No os preocupéis, ya llegarán. Y siempre hay remedio.

Este comedor de Cáritas es llevado por un grupo de seglares, en su mayoría jubilados que se ofrecen voluntariamente a servir a los demás. La ilusión y el buen humor está presente cada día mientras se van elaborando los menús.

Todos son bienvenidos a trabajar por los demás, unos como cocineros profesionales, otros como yo, simples aprendices, pero con ganas de aportar nuestro granito de arena en lo que se necesita y todos con una visión positiva de la justicia y los derechos humanos. Las diferentes situaciones no nos permiten juzgarlas, los juicios no nos pertenecen, lo nuestro es socorrer y ayudar con amor.

A la hora de repartir las comidas y ver como se llevan su comida es una emoción y satisfacción que no sabría definir muy bien. Hay unas 150 personas en este momento apuntadas al comedor: “Casa de María y José”, los hay de todas las clases, personas solas, mayores, familias, inmigrantes y de distintas culturas y creencias. Se elaboran dos tipos de comida para que todos incluidos los musulmanes, tengan oportunidad de comer. Algunos viven en algún tipo de alquiler compartido pero otros en la calle.

La mayor tristeza está en no poder solucionar más casos de una manera más digna. Las ayudas a las que pueden tener acceso se les informa y se ofrecen posibilidades para resolver sus casos desde los trabajadores de Cáritas que están preparados para ofrecerlas a los que lo deseen.

Mi experiencia a lo largo de estos años me ayuda a vivir con alegría, y he visto que la generosidad es una virtud que suma: felicidad, paz interior, esperanza, ilusión… La disponibilidad de ponerme en el lugar del otro, el compromiso del seguimiento de Jesús, la fe en todos las personas y la tolerancia, dicho con lenguaje evangélico: “lo que hagáis a uno de estos mis hermanos más pequeños a mí me lo hacéis”, es la mejor recompensa que olvida todo cansancio.

Agradezco esta oportunidad que se me ha ofrecido y que tanto me está ayudando en el día a día. Pido al Señor que me facilite tener un corazón acogedor y grande donde todos nos encontremos y formemos una nueva hermandad.

Hna. Cecilia Fernández RAD

 

“Casa de María y José” que da de comer a personas sin recursos.

Una visión rápida del proyecto

Quién lo lleva a cabo: La Parroquia del Sagrado Corazón de Alcorcón junto a Cáritas Diocesana de Getafe, el 25 de enero de 2012 y debido a las dificultades que muchas familias del municipio de Alcorcón están pasando para comer y podré hacer alguna comida caliente.

Quién lo gestiona: Grupo de voluntarios. Actualmente cada día de la semana hay un grupo de voluntarios, un cocinero y un encargado general del comedor

En qué consiste: Preparar, en este momento, más de 150 raciones de comida caliente, se la damos caliente en tupper, primer plato, segundo plato, postre y algunos alimentos sin cocinar que se llevan para que prepararen en sus casas.

A quien va dirigida: A todas las personas y familias que pasan por una gran dificultad diaria para poder comer. Algunos viven en sus propias casas, otros en habitaciones alquiladas y otros en la calle.

¿Cómo sale adelante el hogar y el comedor? Gracias a la colaboración de las parroquias (los cristianos de Alcorcón) que es donde surge la idea y de distintas empresas que con su generosidad han contribuido a que esta aventura salga adelante.

Con este comedor, las parroquias del arciprestazgo de Alcorcón dan respuesta a la petición de realizar un proyecto en beneficio de los más desfavorecidos que hizo el papa Francisco en el Año de la Misericordia. En este caso, la obra es dar de comer al hambriento.

La Casa de María y José ofrece, como particularidad que la diferencia de otros comedores, alimentos para que las familias los disfruten en el seno de su hogar. Sólo en casos excepcionales se come en el local.

Han sido muchos los pasos dados hasta ver terminado el comedor, el Señor ha movido los corazones de muchas personas;  es el mismo Cristo el pilar fundamental que sustenta esta obra. Él  fue quien nos dijo “Dadles vosotros de comer” (Lucas 9,13), y quien ha dado las fuerzas a los donantes y benefactores, voluntarios y usuarios para hacer realidad este nuevo hogar, la nueva Casa de María y José.