ASCENSIÓN DEL SEÑOR
Salmo 47 (46), 2-3.6-9
“Dios asciende entre aclamaciones, el Señor al son de trompetas”
2 Pueblos todos, batid palmas,
aclamad a Dios con gritos de júbilo;
3 porque el Señor altísimo es terrible,
emperador de toda la tierra.
6 Dios asciende entre aclamaciones;
el Señor, al son de trompetas:
7 tocad para Dios, tocad;
tocad para nuestro Rey, tocad.
8 Porque Dios es el rey del mundo:
tocad con maestría.
9 Dios reina sobre las naciones,
Dios se sienta en su trono sagrado.
Este salmo canta y celebra la realeza de Dios. En 3 versículos (v 7.8.9) menciona que Dios, el Señor, es Rey. En el versículo 7 de Israel, “nuestro rey” y en los versículos 8 y 9 “rey del mundo, rey de las naciones”.
Al salmista todo le parece poco para el Señor, “nuestro rey” e invita a todos los pueblos a batir palmas y a tocar instrumentos para el Señor porque es emperador de toda la tierra y rey del mundo. Se le atribuyen dos títulos gloriosos: «altísimo y terrible» (v. 3),
En la mentalidad israelita la realeza de Dios se manifestaba en las acciones de Dios a favor de Israel conquistando a los otros pueblos, así es como sentían los israelitas el amor de Dios hacia ellos.Jesús cambió el sentido de la realeza y dio una nueva orientación al ejercicio del poder. Él es rey, su ascensión fue a la cruz para dar vida a todos.
En este día que celebramos la Ascensión del Señor, rezamos este salmo pidiéndole que nos ayude a entrar en su dinámica del Reino, (dinámica de servicio a todos). “Él cumplió su peregrinación, hasta ser exaltado y sentarse en el trono del cielo; desde allí afirma su dominio sobre todos los pueblos, uniendo a gentiles con los hijos de Abrahán y preparando su reino definitivo”. (L. Alonso Schökel).
Que nuestra vida de servicio, de sencillez, de entrega….haga visible el Reino.